"Es como levantarte con los ojos" de Leopoldo de Luis
Es como levantarte con los ojos,
con las húmedas alas de los ojos,
al imborrable cielo del recuerdo.
Pasan nubes oscuras, tristes pájaros.
Lentamente tu nombre al fin se queda
solo, desnudo, inmóvil, imposible,
como estrella varada.
Y nombrarte es dolor. Reconocerte
después de cada tarde, como el sueño,
es el dolor diario. Cruzo absorto
calles hacia la angustia de la nada,
entro en casas desnudas,
hablo a seres extraños, torpemente.
Reconocerte es triste, como es triste
siempre identificarnos lo más nuestro
inútilmente cerca, naufragando
en la luz impiadosa de los días.
Entramos y salimos de nosotros
abandonando siempre lo que somos,
esa sola verdad que nos habita,
apaleado perro en las veredas
por las que transitamos sordamente.
Sentirte cerca duele, como duele
siempre palpar la herida que no cura.
Sentirte en lenta huida hacia la tarde
con un dolor solar sobre los párpados.
Veo a veces tu cuerpo como un río,
como un río pasando mudamente
el puente de mis años, por mi pecho.
Y en un heroico cielo, siempre inmóvil,
sólo tu nombre, herido de memoria.
En esta soledad me estoy poblando,
haciéndome de bosque y fronda hirviente.
Una renunciación acaso sea
más que segar la pretendida rosa
brotar oscuros árboles de sueño.
con las húmedas alas de los ojos,
al imborrable cielo del recuerdo.
Pasan nubes oscuras, tristes pájaros.
Lentamente tu nombre al fin se queda
solo, desnudo, inmóvil, imposible,
como estrella varada.
Y nombrarte es dolor. Reconocerte
después de cada tarde, como el sueño,
es el dolor diario. Cruzo absorto
calles hacia la angustia de la nada,
entro en casas desnudas,
hablo a seres extraños, torpemente.
Reconocerte es triste, como es triste
siempre identificarnos lo más nuestro
inútilmente cerca, naufragando
en la luz impiadosa de los días.
Entramos y salimos de nosotros
abandonando siempre lo que somos,
esa sola verdad que nos habita,
apaleado perro en las veredas
por las que transitamos sordamente.
Sentirte cerca duele, como duele
siempre palpar la herida que no cura.
Sentirte en lenta huida hacia la tarde
con un dolor solar sobre los párpados.
Veo a veces tu cuerpo como un río,
como un río pasando mudamente
el puente de mis años, por mi pecho.
Y en un heroico cielo, siempre inmóvil,
sólo tu nombre, herido de memoria.
En esta soledad me estoy poblando,
haciéndome de bosque y fronda hirviente.
Una renunciación acaso sea
más que segar la pretendida rosa
brotar oscuros árboles de sueño.
Leopoldo Urrutia de Luis, más conocido como Leopoldo
de Luis nació en Córdoba, el 11 de mayo de 1918 y murió en Madrid, 20 de
noviembre de 2005. Fue un poeta y crítico español.
Premios
- Premio Nacional de las Letras
Españolas (2003)
- Premio Nacional de Poesía, por
Igual que guantes grises (1979)
- Premio Francisco de Quevedo del
Ayuntamiento de Madrid (1979) por Entre cañones me miro
- Premio Ausias March (1968) por
De aquí no se va nadie
- Premio Pablo Menassa de Lucía
(1999) por Generación del 98
- Premio Pedro Salinas del Ateneo
Español de México (1952)
- Premio Internacional de Poesía
Miguel Hernández
- Medalla de Oro del Círculo de
Bellas Artes
- Medalla de Oro de la ciudad de
Córdoba
- Premio "León Felipe"
a los valores humanos
Academia de Español Paraninfo
C/ Princesa, 70 1º
28008 Madrid
Phone number +34 91 543 31 39
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